viernes, 24 de enero de 2014

Todo tipo de pieles.

Este cuento va destinado al primer ciclo de primaria.  Si fuese un libro editado, el tamaño de la letra sería entre 12 y 14 con muchas imágenes.

He mantenido:
  • Que la reina había muerto.
  • Que sea una familia de la nobleza para mantener el tipo de personajes del cuento.
  • Los tres detalles.
  • Que se celebren 3 noches de baile.
  • Que al principio el rey sea quien decida con quien debe casarse su hija.
  • La huida de la princesa.
  • El abrigo de todo tipo de pieles.
  • Y por último, he mantenido el final feliz que la princesa acaba locamente enamorada.

He cambiado.

Como vais apreciar, he cambiado prácticamente de principio a fin. Una de las razones , es que prefería un cuento donde no se tratara la parte donde el rey le pide matrimonio a su hija, ya que no me parecen temas muy apropiados para los niños.
También he quitado que le dijera la madre que se casara con alguien más guapa que ella.


Todo tipo de pieles

En el reino de Lorenday, los reyes más queridos por el pueblo Maiwoth y Ellthow, esperaban un bebé que nacería en pocos semanas.


Era un reino que disfrutaba de paz y armonía pero el día que la reina dio a luz apareció la hechicera del bosque que había sido desterrada por actos de brujería. Tenía ojos rojos como el carbón en llamas, piel arrugada como la tierra seca y una nariz desproporcionada. Los reyes sin ningún temor llamaron a los guardias que quedaron congelados con tan solo unas palabras “equiri nostratum” . La hechicera entre carcajadas llenas de maldad miró a la dulce niña y se acercó sigilosamente lanzando unas palabras “qundaum eternus” pero la reina rápidamente rodeo a la niña entre sus protectores brazos y poco a poco su piel fue convirtiéndose poco a poco en piedra.
A partir de ese día Ellthow fue desarrollando un odio profundo a su hija culpándola de la muerte de su madre.

Durante muchos años la ignoro completamente, incluso construyó una pequeña casa donde la encerró con criados y maestros para que no la faltara de nada. Era tal la amargura del rey , que se prohibió la música en todo el reino, incluso los habitantes se hicieron más amargados.

Lindwoth, así es como llamaron a la joven princesita se pasaba el día cantando, tenía una voz dulce y angelical. Un día el rey Ellthow paseando por los jardines escuchó una voz muy parecida a la de su esposa y fue en su busca pero no la encontró.

 Al día siguiente dando su paseo convencional de las mañanas la volvió a escuchar pero sin ningún éxito. Esa misma noche soñó con su esposa una escena antes de su muerte que le decía “ Ellthow todas las mujeres de mi familia han muerto si me pasase algo, ama a nuestro hijo como me amas a mí, cuídale como si no hubiese aurora, prométemelo” Entre sudores fríos se despertó, fue al tocador de su esposa, abrió el cajón y cogió el camafeo de su familia, una rueca de hilar de oro y el anillo de boda, todo ello lo colocó en una cajita de madera hecha con sus propias manos.

A las pocas semanas el rey envió un comunicado a todos los reinos comunicándoles la presentación oficial de su hija. Lindwoth. En lugar de estar alegre estaba aterrada, nunca había hablado con su padre, ni había salido de la casa donde se crió, todo era nuevo para ella.

A las pocas horas del acto oficial, el rey fue en busca de su hija y volvió a escuchar esa dulce voz que sonaba detrás de unos rosales en flor, aparto la rosaleda y vio a su esposa, pero un poco más joven, un poco más bajita y un poquito más morena. En ese mismo momento se dió cuenta que era su hija, la viva imagen de su esposa, nervioso por tantas emociones se dirigió hacia ella y se presento entre lagrimas pidiéndola perdón.
Lindwoth le abrazo y le dijo que a pesar de todo, sabía que en ese enorme pecho había un buen corazón.

Después de unas cuantas horas de ponerse al día le entregó la caja con cosas de su mamá para que se sintiera cerca de ella y un precioso vestido para la gala de por la noche.

El reino se llenó de personas de la nobleza y altos linajes, todos deseosos de conocer a la misteriosa princesa que muchos la daban por muerta.

Una vez presentada como la princesa de Loreanday todos los apuestos príncipes intentaron codearse con ella, excepto uno, era un joven apuesto de gran estatura, moreno con ojos azules y una sonrisa perfecta. A Lindwoth le llamo tanto la atención que se acercó a él. Estuvo dando vueltas con disimulo, le miraba pero no había forma de que el príncipe hablara con ella, entonces se armo de valor y le dijo la preciosa princesa:

-Hola, perdona mi atrevimiento pero nunca le había visto por el reino

El príncipe la miro y se fue. Se quedó totalmente paralizada al ver tal actitud tan grosera y fuera de lugar.

Según fue avanzando la noche, el rey anuncio :
-Yo, Ellthow, rey de Lorenday, me siento feliz de anunciaros un nuevo enlace.


La princesa esta eufórica nunca había estado en una fiesta y menos en el anuncio de un nuevo enlace, hasta que se dio cuenta que era su enlace. Estaba disgustada, la primera vez que salgo de casa y ya me quieren prometer.

Entre llantos y lágrimas la princesita se puso ropa de criada y huyo del palacio hacia el bosque.



En uno de los caminos se encontró a un joven muy apuesto llamado Throw, sintió como las mariposas correteaban por su alrededor haciéndola cosquillas en su estómago, se había enamorado.
Compartieron momentos inolvidables como si fuera un sueño, pero la pequeña princesita con el paso de los días se sentía mal por haber abandonado a su padre y decidió volver al palacio.

Entró por la parte de atrás, subió las escaleras corriendo hacia el salón principal y se dio cuenta de que su padre seguía justo en el donde le dejó, al igual que a todos los invitados.

Se sentía mareada y confusa cuando escuchó:

Lindwoht, querida ven conmigo te voy a presentar a tu futuro esposo.


Mientras caminaba vio a ese joven del que se enamoró en el bosque al lado de su padre.
No se lo podría creer, no dejo de darse pellizcos para comprobar si no estaba en uno de sus magníficos sueños, pero se hizo tanto daño que todos sus nervios desaparecieron.

Estuvieron hablando durante horas. El rey estaba muy contento de ver que su hija estaba tan feliz. No era un chico cualquiera, era el príncipe más cotizado no solo por su fortuna sino por su belleza y carisma.

Al día siguiente, se celebró otra majestuoso baile en el palacio del rey. Era la noche de petición de regalos de boda, la princesa pidió un precioso abrigo con todo tipo de pieles, para estar calentita durante los meses de invierno.

El rey sin más dilación, envió a tres mensajeros para conseguir de manera rápida ese abrigo tan especial para su querida hija.

Al mes, se celebró el enlace de Lindwoht y Throw sin ningún tipo de reparo en gastos. La princesa estaba resplandeciente con su vestido y su su abrigo de todo tipo de pieles.

Y fueron felices y comieron perdices.





Y fueron felices y comieron perdices.

FIN


3 comentarios:

  1. ¡Qué coincidencia que el esposo fuese el muchacho del que se enamoró!
    Este tipo de cosas sólo pueden pasar en los cuentos.
    Buena adaptación.
    ¡Ánimo!

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  2. Magnifico cuento mine!! Tiene una mezcla interesante, al principio me recordaba a la peli esa que han echado hace poco "frozen" pero luego se ha cambiado a otra cosa totalmente distinta.... El cuento esta muy bien,pero lo has cambiado tanto que no me recuerda al original, si , hay ciertas cosas que has mantenido , pero aunque no te hubiese gustado el original no deberías haber mantenido mas cosas??? Yo creo que para hacer una buena adaptación hay que ser mas fiel al cuento inicial , sin embargo este es totalmente diferente, nose.....alomejor me puedo equivocar , pero esperemos a ver cual es el juicio de irune

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  3. El cuento es precioso pero es más una ensalada de cuentos (o de ideas sacadas de cuentos) que una adaptación de Toda clase de pieles. No has respetado el esqueleto del cuento. No hay solicitud de regalos complicados para alargar el momento para cumplir lo que no desea, no hay viaje iniciático, no hay cambios de rol ni juego con la doble identidad, tampoco hay uso de la astucia para conseguir interesar al príncipe. Básicamente es otro cuento.

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